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En la actualidad, el running no solo es una disciplina deportiva, sino también una experiencia sensorial que involucra cuerpo, mente y entorno. Y, aunque la atención suele centrarse en los zapatos, el cronómetro o la ropa técnica, un elemento fundamental suele pasar desapercibido: las gafas deportivas. Para quienes corren al aire libre, elegir unas gafas adecuadas puede marcar la diferencia entre una jornada placentera y un entrenamiento incómodo o incluso riesgoso.
Para entender mejor qué tipo de gafas se ajustan a las exigencias del corredor moderno, consultamos al optometrista y entrenador deportivo especializado en visión deportiva, Daniel Marín, quien ha asesorado a más de 300 atletas entre amateurs y profesionales. A lo largo de su carrera, ha combinado su formación en ciencias visuales con el análisis biomecánico del deporte.
“Muchos creen que unas gafas deportivas son solo un rio estético, pero la verdad es que cuando corres a campo abierto o en ciudad, estás expuesto a luz intensa, viento, polvo, insectos e incluso pequeños impactos. Unas gafas mal diseñadas pueden empañarse, caerse o presionar mal el rostro, comprometiendo la concentración y el rendimiento”, afirma Marín.
1. Oakley Radar EV Path
Marín no duda en posicionar este modelo como uno de los favoritos entre corredores profesionales. “Las Radar EV Path son una evolución de un diseño ya probado en ciclismo y triatlón. Incorporan lentes Prizm que realzan el contraste y mejoran la percepción de profundidad, lo que es clave cuando corres en senderos con raíces, desniveles o zonas de sombra”. Según explica, su diseño envolvente proporciona una cobertura completa del campo visual y evita que partículas entren desde los costados. También destaca el material de las varillas y el puente nasal: “Oakley utiliza Unobtainium, un compuesto que se adhiere más cuanto más sudas. Así que por más que estés en el kilómetro 15 de una carrera bajo el sol, las gafas se mantendrán fijas”.
2. Julbo Aerolite
Si se corre en zonas de alta montaña o rutas expuestas a cambios de luz abruptos, este modelo se vuelve ideal. “Lo que más me gusta de las Julbo Aerolite es su capacidad fotocromática. El lente Reactiv se adapta automáticamente a la intensidad de luz en cuestión de segundos. Así, puedes pasar de una zona boscosa a pleno sol sin quitarte las gafas o entrecerrar los ojos”, comenta Marín. Además, tienen una estructura ultraligera de apenas 22 gramos y un diseño sin marco inferior, lo cual proporciona mayor ventilación. “Esa arquitectura abierta evita que se empañen y mejora la circulación del aire, lo cual es crucial cuando entrenas en climas húmedos o muy cálidos”.
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3. Nike Vaporwing Elite
Diseñadas en colaboración con Zeiss, estas gafas son sinónimo de precisión óptica. “Nike apostó por una montura futurista y lentes de alta resolución. No hay distorsión en la periferia ni aberraciones ópticas, algo que solo notas cuando corres a velocidad y necesitas un campo de visión amplio y limpio”. Marín también elogia la rigidez controlada de las varillas y la distribución del peso: “Las Vaporwing están diseñadas para permanecer estables incluso con movimientos bruscos. Y el sistema de ventilación superior evita que el sudor se acumule en la parte interna del lente”.
Aunque su precio supera los 300 dólares, Marín defiende su inversión: “Si corres a diario o preparas maratones, este modelo ofrece un nivel de rendimiento que justifica cada centavo. No son para cualquier corredor, pero si buscas precisión, son insuperables”.
4. Tifosi Swank
No todo tiene que ser alta gama. Para corredores urbanos o principiantes que buscan un modelo funcional sin romper el bolsillo, Tifosi Swank es una opción inteligente. “Son gafas livianas, con lentes de policarbonato resistentes a impactos, y ofrecen protección 100% contra rayos UVA y UVB. No tienen ajuste fotocromático ni materiales de última generación, pero cumplen con lo esencial: proteger tus ojos sin molestias”. Marín señala que muchas personas abandonan el uso de gafas al correr porque compran modelos pesados o con apoyos nasales incómodos. “Las Swank se sienten naturales, como si no llevaras nada. Eso ayuda a generar el hábito de correr con protección ocular”.
Además, se trata de un modelo versátil: su estética discreta permite usarlo también fuera del contexto deportivo.
5. Goodr OGs
Diseño, comodidad y humor. Así resume Daniel Marín el espíritu de estas gafas: “Goodr ha sabido conquistar a los corredores recreativos con una propuesta divertida pero técnica. Sus modelos OGs tienen lentes polarizados, son ligeros, y algo muy importante: no se deslizan ni rebotan al correr”. A diferencia de muchas marcas que apuestan por la estética futurista, Goodr mantiene un diseño clásico tipo Wayfarer, pero con colores y nombres irreverentes. “La gente las compra por el look y se sorprende de lo bien que funcionan en carrera. Para entrenamientos informales o carreras de 5K, son perfectas”.
¿Cómo elegir las gafas adecuadas?
Para finalizar, Marín ofrece una guía breve que puede orientar a cualquier corredor:
1. Lentes con protección UV certificada: “No basta con que sean oscuras. Deben indicar claramente el nivel de filtrado UV400 o superior”.
2. Ajuste firme sin presión: “Deben sentirse seguras sin oprimir las sienes ni la nariz. Si al sonreír se deslizan, no son para correr”.
3. Buena ventilación: “Busca modelos con aberturas en la parte superior o inferior del marco, eso evita que se empañen”.
4. Ligereza extrema: “Menos de 30 gramos es lo ideal. El peso acumulado durante una carrera se nota más de lo que parece”.
5. Visión sin distorsiones: “Sobre todo en los bordes laterales. Una lente mal diseñada puede desorientarte al girar o bajar pendientes”.
