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Por medio de un comunicado, las delegaciones del gobierno nacional y la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, disidencia que se separó de la Segunda Marquetalia, al mando de Walter Mendoza, exigieron una investigación “ágil y rigurosa” sobre el asesinato del líder indígena Luis Aurelio Araújo y sus dos escoltas, Jesús Chávez y Jackson Solarte.
El pronunciamiento se realizó en el marco del proceso de paz que se adelanta con ese grupo armado en Nariño. “No ahorraremos esfuerzos para que en Colombia la vida y la política se ejerzan sin violencia y reafirmamos nuestro inquebrantable compromiso con la construcción de paz”, se lee en el comunicado firmado por ambas delegaciones.
Además de la investigación, las delegaciones también pidieron respeto por las comunidades indígenas. “Estos homicidios perpetrados con sevicia atropellan las más elementales normas del Derecho Internacional Humanitario y hechos como estos no pueden repetirse. Exigimos una investigación ágil y rigurosa por parte de las autoridades competentes y ratificamos la necesidad de que las comunidades indígenas sean respetadas en su integridad”, agregaron.
En contexto: “La paz del ELN es la de los cadáveres”: Petro sobre asesinato en Nariño de líderes indígenas
Araújo Guanga fue hallado sin vida con signos de tortura, según denunció la población. El líder asesinado era integrante del Resguardo Inda Guacaray y del Cabildo Mayor Awá de Ricaurte (CAMAWARI), organización que ha denunciado de forma reiterada el incumplimiento estatal en la protección efectiva de sus comunidades y que ha sido históricamente víctima de masacres, desplazamientos y amenazas de actores armados.
La tragedia se produjo apenas horas después de que ONU Derechos Humanos advirtiera públicamente sobre la desprotección que enfrentan los líderes awá en Nariño a propósito del asesinato el lunes de William Arias, Gobernador Suplente del Resguardo Awá Quejuambí Feliciana y sus acompañantes en Tumaco.
El presidente Gustavo Petro atribuyó el asesinato a la guerrilla del ELN y le exigió al grupo cesar “todo tipo de hostilidades” contra los pueblos indígenas del Pacífico nariñense.
Entre 2024 y 2025, la situación del pueblo Awá en el suroccidente de Colombia se ha agravado de forma alarmante. Las comunidades asentadas en Nariño, especialmente en los municipios de Tumaco, Ricaurte, Barbacoas y Samaniego, han enfrentado un recrudecimiento de la violencia armada, con presencia activa de grupos como el ELN, las disidencias de las FARC y estructuras del narcotráfico.
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