Final de la NBA: Indiana revivió la pesadilla de Oklahoma y tomó la ventaja 2-1

Tyrese Haliburton y Pascal Siakam, las figuras de Indiana.

Foto: EFE - MANUELA SOLDI

Indiana volvió a golpear. En casa, con su gente encendida, en un duelo de enorme intensidad, los Pacers se impusieron 116-107 sobre Oklahoma City Thunder y tomaron ventaja 2-1 en la serie de las Finales de la NBA.

Fue un triunfo trabajado, en el que revivieron las dudas de su rival. Porque aunque OKC había respondido con contundencia en el segundo juego, Indiana volvió a encontrar la forma de complicarles la vida, con Tyrese Haliburton y Pascal Siakam como rostros visibles de una noche inolvidable.

La serie sigue siendo una montaña rusa. En el Juego UNO, Oklahoma había dominado tres cuartos con un Shai Gilgeous-Alexander imperial (38 pts), hasta que Indiana resurgió en un último cuarto épico: Siakam, Obi Toppin y un doble agónico de Haliburton a tres décimas firmaron un 111-110 que dejó herido al Thunder. La reacción fue inmediata: en el Juego dos, OKC no dejó margen. Con un Shai imponente (34 pts) y un ataque fluido, igualaron la serie 1-1 con un claro 123-107.

Con ese contexto llegaba el tercer duelo, en Indianápolis. Y empezó con la misma tónica: los Pacers sufriendo en defensa, OKC imponiendo su ritmo. Chet Holmgren, como en el segundo partido, marcaba territorio desde el arranque, dominando en ambas pinturas. Shai calentaba motores, y el primer cuarto se cerró 32-24 para los visitantes. El funcionamiento del Thunder parecía demasiado. Haliburton, eso sí, aparecía más enchufado que en el segundo juego.

El inicio del segundo cuarto cambió el aire. Indiana, empujada por una rotación bien repartida y una banca activa, recortó la diferencia. T.J. McConnell, con dos libres, puso a los Pacers arriba por primera vez en el partido. El estadio explotó. Indiana sostuvo la ventaja con carácter, incluso llegó a ampliarla a cuatro. Shai respondió liderando a OKC, pero Haliburton mantuvo el duelo parejo. Al descanso, los locales se fueron arriba 64-60.

Los dos primeros cuartos fueron un duelo de ajedrez de alto ritmo. Indiana fue más efectiva en tiros de campo (55,8 %) y en libres (84,6 %), con un juego coral que le permitió sumar 14 asistencias. OKC respondió con una notable eficacia en triples (60 %) y dominio en el rebote (21 a 16). Los Pacers equilibraron con defensa intensa (6 robos, 6 bloqueos), mientras que Thunder sufrió más en pérdidas (9). El marcador reflejaba el intercambio constante de golpes y la fortaleza interior de ambos: 34 puntos en la pintura para Indiana, 28 para los visitantes.

El ataque de los Pacers fue variado: Bennedict Mathurin, como revulsivo desde el banco, lideraba con 14 pts en apenas 10 min. Haliburton sumaba 12 pts, 3 rebotes y 7 asistencias, y Siakam aportaba 13 pts y 4 reb. En OKC, Holmgren (15 pts, 5 reb), Shai (12 pts, 4 reb, 3 asist) y Jalen Williams (11 pts, 4 reb) marcaban el paso ofensivo.

La segunda mitad fue de Indiana

El tercer cuarto fue una guerra abierta. Thunder salió furioso y volteó rápido la diferencia. El partido se trabó en un 70-70 de alta tensión. Los dos equipos intercambiaron golpes: Haliburton y Siakam respondían al brillo de Shai, que jugaba con la determinación de una estrella. El cierre de cuarto favoreció a OKC: un triple de Jalen Williams casi sobre la bocina dejó el 89-84 para los visitantes.

El último cuarto exigía una reacción de Indiana. Y llegó. La defensa local se volvió más física, más intensa. Haliburton, que firmaba su mejor noche en las Finales, tomó el control. A falta de 6:40, un triple suyo puso el 101-98 y cambió el tono emocional del partido.

Los Pacers se fortalecieron desde la defensa: Siakam y compañía anularon a Shai en los minutos clave. Indiana alcanzó su máxima ventaja (+7), con un triple crucial de Aaron Nesmith a pase de Haliburton.

Los últimos tres minutos fueron de vértigo. Shai intentó la reacción, pero encontró cada vez más dificultades. Una dura falta de Nesmith sobre Alex Caruso encendió la polémica: los Thunder pidieron flagrante, pero se sancionó como común. El cierre fue todo de Indiana. Con temple, con inteligencia, con un ritmo ofensivo que desarboló a OKC. El 116-107 final reflejó el dominio del último tramo.

Las claves de Indiana fueron claras: defensa física, energía constante, ataque coral y un excelente manejo de los minutos decisivos. Los números lo confirmaron: mejor porcentaje en tiros de campo (51,2 %) y libres (86,4 %), dominio en asistencias (23), defensa agresiva (11 bloqueos, 13 robos). Oklahoma, aunque acertada en triples (45,5 %) y en el rebote (42 a 37), pagó las pérdidas (17). Los Pacers también dominaron en la pintura (54 a 46), un termómetro clave del combate físico.

El rendimiento individual de Indiana fue notable. Mathurin brilló con 27 pts en 22 min; Haliburton rozó el triple-doble (22 pts, 9 reb, 10 asist); Siakam aportó 21 pts y 6 reb. McConnell sumó 10 pts y 5 asist desde la banca. El quinteto titular fue sólido: Turner (9 pts), Nembhard (8 pts, 4 reb), Nesmith (7 pts), Toppin (8 pts, 7 reb). Ben Sheppard añadió 4 pts.

En OKC, el tridente Williams (26 pts), Shai (24 pts, 8 reb, 4 asist) y Holmgren (20 pts, 10 reb) sostuvo al equipo, pero la banca volvió a pesar poco. Solo 10 pts desde la segunda unidad: Isaiah Joe (6 pts), Hartenstein (4 pts). La dependencia de sus titulares fue evidente.

Indiana toma la delantera

Indiana no solo se adelantó en la serie: volvió a sembrar dudas en el joven núcleo de OKC, que ya ha sufrido dos cierres complicados en estas Finales. Los Pacers mostraron que pueden jugarle de tú a tú a los Thunder, que saben ejecutar en el clutch y que, en su casa, son un equipo muy difícil de doblegar.

El cuarto juego en Indianápolis será decisivo. OKC buscará recuperar el control emocional y ofensivo. Indiana intentará consolidar la tendencia y acercarse al sueño del anillo. La serie está viva. Y en este duelo de estilos, Indiana ha demostrado que las pesadillas de OKC nunca quedan del todo enterradas.

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