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Tyrese Haliburton, el “sobrevalorado” de Indiana que está sacudiendo a la NBA

La figura de los Pacers fue el gran responsable de la eliminación de Cleveland en los playoffs.

Fernando Camilo Garzón
14 de mayo de 2025 - 02:46 p. m.
Haliburton, la gran figura de los Indiana Pacers.
Haliburton, la gran figura de los Indiana Pacers.
Foto: Agencia AFP
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La postemporada de la NBA ya estaba al rojo vivo. Todo estaba listo para los playoffs de la mejor liga de baloncesto del mundo cuando The Athletic publicó su ya tradicional encuesta entre los jugadores. Entre preguntas sobre el mejor entrenador o el más valioso, una destacó por su tono punzante: ¿quién es el jugador más sobrevalorado? La mayoría de los 158 encuestados respondió: Tyrese Haliburton.

Días más tarde, en el primer juego de los playoffs de los Pacers, su equipo, Damian Lillard, de los Bucks de Milwaukee, se acercó a la estrella de Indiana para recordarle su estatus de “sobrevalorado”. Haliburton apenas respondió con una sonrisa burlona. “Sé que tú pusiste mi nombre en esa lista”, le soltó, y asintió con la cabeza, como prometiendo lo que vendría después: un festín ofensivo ante una defensa que nunca pudo contenerlo.

La serie terminó con una sonora victoria de Indiana por 4-1. En el festejo, una imagen llamó la atención: el padre de Haliburton, John, enseñándole la camiseta de su hijo a la otra estrella de los Bucks, Giannis Antetokounmpo. Fue una serie calientísima que le dio a los Pacers el tiquete a las semifinales de conferencia contra los poderosos Cavaliers de Cleveland, el equipo que había dominado el Este con números históricos.

Pocos confiaban en que Haliburton, líder natural y alma de los Pacers, pudiera lograr otra hazaña frente a los Cavs de Donovan Mitchell. Y, sin embargo, el base se las arregló para revertir las apuestas y eliminar al gran favorito de la conferencia.

Por cómo venía la temporada, fue un batacazo: Cleveland había ganado 64 partidos y perdido solo 14 en la fase regular. Sin embargo, lo de Indiana no debía tomarse como sorpresa. El año pasado, ya habían alcanzado las finales del Este y solo cayeron ante el gran campeón: los Boston Celtics. Lejos de estar sobrevalorado, Haliburton demostró en la cancha que detrás de su sonrisa burlona está su juego electrizante; un jugador habilidoso, como pocos, en el que se esconde la fuerza que impulsa el sueño de Indiana.

Haliburton: ¿sobrevalorado o infravalorado?

Desde sus días universitarios en Iowa State, Tyrese Haliburton demostró que tenía algo especial. Su visión de juego, eficiencia y liderazgo no pasaron desapercibidos para los analistas más atentos, pero aun así su nombre no figuró entre los primeros del Draft de 2020.

Fue elegido en la posición 12 por Sacramento, muy lejos del foco mediático que suele acompañar a las futuras estrellas. En su año de novato fue tercero en la votación a Rookie del Año y dejó señales claras de ser un base con inteligencia superior y estilo propio. Sin embargo, su carrera no tuvo el impulso que otros reciben por proyección o narrativa.

El golpe más simbólico de su infravaloración llegó en 2022, cuando los Kings decidieron traspasarlo a Indiana en un movimiento que pocos comprendieron del todo. Sacramento soltaba a un armador joven, eficiente y en crecimiento para conseguir a Domantas Sabonis, un pívot más consolidado pero con un techo tal vez más claro.

En vez de derrumbarse, Haliburton floreció en Indiana. Se convirtió en el rostro de la franquicia, firmó una extensión multimillonaria y se ganó dos llamados consecutivos al All-Star Game, siendo incluso titular en 2024. No lo logró con fuegos artificiales, sino con actuaciones consistentes, liderazgo silencioso y una asombrosa capacidad de hacer mejores a sus compañeros.

Para muchos, Haliburton aún no tiene el aura de las superestrellas. No obstante, los números y la cancha cuentan otra historia: fue líder en asistencias en la temporada 2024, acumula partidos históricos sin pérdidas de balón y ha hecho de los Pacers un equipo competitivo en el Este.

Su recorrido es el del jugador que siempre convence, pero que rara vez recibe el crédito total. Hoy, cuando los focos lo alcanzan por fin, Haliburton no se muestra distinto: ríe, asiste, anota y gana. En el verano de 2024, fue parte del equipo de superestrellas liderado por LeBron James y Stephen Curry que conquistó el oro olímpico en París, consolidando su lugar entre la élite del baloncesto mundial. Quizás, más que sobrevalorado, haya sido uno de los talentos más infravalorados de su generación.

Así lo dijo el rey, LeBron, luego de que eliminó a sus Cavs: “¡Haliburton está jugando una barbaridad, carajo! ¿Dónde están ahora los ridículos que decían que estaba sobrevalorado? ¡Calladitos todos! Ese tipo es una bestia, y encima, alguien con quien cualquiera querría jugar".

Un presente prometedor, un futuro por escribir

Haliburton ya no necesita salir a aclarar que no está sobrevalorado. Su juego habla por él. En estos playoffs ha respondido con liderazgo y calidad ante quienes dudaban de su peso en la élite. No ha ganado títulos ni se ha consagrado aún como una superestrella incuestionable, pero ha dado señales claras de que tiene las condiciones para llegar a ese nivel. Su capacidad para influir en el juego, sin necesidad de acaparar protagonismo, lo convierte en una pieza única en la estructura de los Pacers.

Ahora tiene por delante el reto más exigente de su joven carrera: las finales de la Conferencia Este. Allí, deberá sostener este nivel y demostrar que puede liderar en el momento más alto. El año pasado se quedó corto. Todavía queda mucho por escribir, pero lo que ha hecho hasta ahora —desde su explosión en Indiana hasta su papel en la selección de EE. UU.— lo pone en una trayectoria ascendente que ya pocos se atreven a discutir. El tiempo dirá hasta dónde puede llegar. Por ahora, Haliburton ha dejado claro que lo suyo no fue ruido ni moda: fue juego real.

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