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Hablemos sobre el trabajo con el que ganaron el primer puesto en el Audio Race de la Universidad de Columbia...
La competencia Audio Race, que traduce “Carrera de audio”, se enfoca en narrativa en audio, producida en un tiempo muy corto. La historia parte de ahí. Con la coproductora Vivien Schütz nos inscribimos para participar, y lo difícil fue que tuvimos un fin de semana para hacer la creación desde cero.
¿Cómo fue el proceso de producción en el tiempo que tuvieron?
Luego de inscribirnos, recibimos las instrucciones de la competencia el viernes en la tarde. Había ciertos requisitos, como que fuera producida en Nueva York, que fuera de, máximo, dos minutos y que mencionara el nombre de una bodega neoyorquina, que eran como las tiendas de esquina en Colombia. Apenas conocimos las instrucciones, con Vivien comenzamos a hacer una lluvia de ideas. Ahí recordé la historia de Josefa, una persona que había conocido en otro trabajo como periodista, y su historia encajaba con lo que buscábamos, porque ella encontró una nueva forma de vivir a través del reciclaje.
¿Qué retos encontraron al decidir la historia que querían contar?
El principio del proceso es asociación libre. La temática del concurso era ‘renacer’ y empezamos a pensar en qué nos imaginábamos con esa palabra. Llegamos a Josefa, una mujer que llegó hace 30 años a Estados Unidos desde México, y empezó a reciclar, recogiendo latas para poder enviar algo de dinero de regreso a México- Ella dijo que, por ejemplo, en esa época, con lo que recogía con las latas la alcanzaba para comer carne esa noche con su familia. Conocí a Josefa hace un mes porque ella inauguró su propio centro de reciclaje con una organización más grande. A mí me habían contratado para traducir la historia de Josefa y pensé que este concurso necesitaba a esta mujer. Ahí ya estaba la idea, pero falta toda la logística de cómo eso se vuelve un audio. Y lo que pasó es que empezamos a pensar en el arco narrativo. Teníamos una dificultad técnica y es que Josefa habla español y no inglés. Lo que hicimos con Vivan fue imaginar nuestro audio soñado y con base en eso escribimos unas preguntas. Llamamos a Josefa a ver si estaba disponible. Llamamos en la noche y nos dijeron que podíamos ir al día siguiente. Ahí empezó a materializarse la producción.
¿Cómo desarrolló su interés por los pódcast?
Empecé a hacer pódcast en Bogotá hace 12 años, cuando la palabra todavía era extraña y difícil de pronunciar. Nadie sabía cómo se escuchaba eso, incluyéndome ahí. Pero un día, la emisora que yo escuchaba se cayó, y me acordé de que ellos decían que los sintonizaran en internet. Eso hice y en esa búsqueda, apareció una pestañita que decía pódcast. Entré, puse play al capítulo que aparecía y tuve tan buena suerte que era el episodio de un show espectacular que se llama Freakonomics Radio y ellos estaban explicando de ceros cómo funcionaba la economía colaborativa y yo sentí como si acabara de hacer una maestría en 20 minutos de audio. Estaba ahí preparándome el almuerzo y pensé que se me acababa de ensanchar el mundo mientras cortaba tomate. Después de ese momento, seguí escuchando y buscando pódcast, hasta que en un punto quise lanzarme y probar hacer uno.
¿Cómo ha cambiado su percepción de los pódcast desde que comenzó a producirlos?
Al principio pensé que era fácil, creía que solo era llamar a un par de personas, entrevistarlas, buscar en internet cómo editarlo y ya. Así lanzamos el primero, y 12 años después nada me parece fácil. Este audio de dos minutos que produjimos para el concurso nos tomó 48 horas, pero también años de práctica.
¿Cómo definiría hoy la palabra pódcast?
Hay varias formas de verla. Por un lado, es una tecnología que te permite consumir audio por demanda. Es la tecnología pódcast que empezó Apple con su iPod, hay una capa tecnológica en el “broadcasting” del pódcast, que es esa narrativa que cuando uno pone un pódcast es radio por internet, pero no suena a radio. Esta también es una estética de este formato. Ahorita estamos en boga con los videos pódcast, con personas que se publican en Youtube hablando frente al micrófono. Creo que la narrativa y la estética son importantes en esto, los pódcast son una forma de contarnos historias. Entonces, en esto hay una parte técnica y producción en la palabra hablada. Hay gente que le dice pódcast a un episodio, a un show, a un audio de dos minutos... Creo que se convirtió en una palabra de lavar y planchar, y no soy muy estricta con eso. Lo que cuenta es que uno se entretenga, se divierta, aprenda o se informe.
¿Cómo definiría su estilo de producción de los pódcast?
Siento que lo estoy encontrando. Mi estilo es perseguir mucho mi propia curiosidad, es algo que yo procuro alimentar cada vez que puedo. Desde si una persona me causa curiosidad, me quedo los cinco minutos mirándola, hasta como cuál es el libro que explica de dónde nacen los pensamientos. Nadie sabe, pero voy a ir a leerlo porque me causa mucha curiosidad. Noto que cuando me conecto genuinamente con eso que nace dentro de mí, es más fácil que otros se conecten también. Entonces, si tú escuchas el audio Josefa, desde que la conocí, sentí mucha iración. A mí me gustan las historias de emprendimiento, pero las que salen usualmente en pódcast son de otro tipo de emprendimientos. Vi cómo esta mujer empezó recogiendo de lata por lata, luego compró su carro, luego hizo acuerdos con centros de conciertos para ya no recoger lata por lata, sino recibir directamente lo que ellos mismos recolectaban. Y ahora tiene este lugar donde recibe lo que otros recolectan y hace el trabajo de ofrecer un baño, de ofrecer bebidas, de ofrecer cosas que ella por su propia experiencia sabe que son importantes para el mundo del reciclaje. Esto le tomó 20 años, este camino de emprendimiento. Pero no se te olvide que es alguien que trabajaba en una fábrica y empezó lata por lata y ahora es una mujer que dirige un centro donde ayuda a otros que colectan lata por lata. Creo que esa iración, espero, se transmite en ese audio de dos minutos. Aunque no fue planeado, me conecté con esos sentimientos y espero que otros también lo vean.
¿Para usted qué significa ser curioso y cómo alimenta su curiosidad todos los días?
Desde donde estoy parada, me he dado cuenta de que perseguir mi curiosidad es un ejercicio de conectarme conmigo misma. En un mundo donde el celular me está diciendo dónde poner atención, donde el correo electrónico me pide demandas, donde todo el mundo tiene su agenda de atención, perseguir mi curiosidad ha significado desconectarme y conectarme conmigo misma. También a veces me da miedo las cosas que me causan preguntas, porque las respuestas son difíciles de encontrar. A veces me ponen situaciones complicadas. Pero en mi práctica personal, perseguir la curiosidad quiere decir muchas veces ignorar los llamados de atención de internet y otras personas y ser valiente en perseguir mis ideas hasta el final. Así sea en privado, ¿no? También uno puede perseguir su curiosidad en privado, no tienes que explicarlo en Instagram.

Por Andrea Jaramillo Caro
