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Durante meses, los alumnos de primer grado de Madison Niederholtmeyer soñaron con conocer a Orzo y Ziti, los dos gatos de su maestra. Finalmente, ese deseo se hizo realidad, aunque de una manera muy original: a través de un comedero automático con cámara que permitió que los estudiantes los vieran y los alimentaran en tiempo real, sin que los felinos salieran de casa.
“No tengo hijos, y ellos son mi compañía en casa”, explica Niederholtmeyer sobre sus gatos hermanos de dos años. “Desde que empieza el año escolar, mi clase ya sabe todo sobre ellos. Hablo de mis gatos todo el tiempo”.
Para esta maestra de Fort Worth, compartir historias sobre Orzo y Ziti con sus alumnos es una forma sencilla de establecer vínculos afectivos. “Es una manera fácil de conectar con los niños y demostrarles que no vivimos en la escuela, que tenemos una vida fuera del aula”, señala.
Los alumnos no tardaron en expresar su deseo: “Ojalá pudieras traer a tus gatos a la escuela. Ojalá pudiéramos conocerlos”, le repetían constantemente. Sin embargo, había un problema: los gatos no disfrutan salir al exterior, lo que parecía hacer imposible una visita presencial.
Todo cambió cuando Niederholtmeyer adquirió el Granary Camera Feeder de Petlibro, un comedero automático que, además de permitirle programar las comidas desde una app, incluye una cámara integrada. Fascinada por la posibilidad de ver a sus gatos comer desde el teléfono, se le ocurrió una brillante idea: proyectar la transmisión en vivo en su aula como recompensa para sus estudiantes.
“Cuando ganaron su premio por buen comportamiento, puse la transmisión en la pantalla y presioné el botón que libera la comida. Vimos cómo los gatos corrían a comer. Les pareció increíble”, relata. La experiencia fue un éxito rotundo: los alumnos estallaron de risa y emoción al ver por fin a los famosos Orzo y Ziti en acción.
La docente compartió la reacción de su clase en un video de TikTok titulado: “Consejo de maestra: deja que tus alumnos den una golosina a tus mascotas como recompensa”. En el clip, que acumula más de 2 millones de visualizaciones, se escucha a los niños gritar de alegría cuando los gatos aparecen en pantalla.
“Muchos comentarios decían: ‘Esto es genial. Qué motivador. Seguro que los niños lo aman’. Me hizo sentir muy bien”, afirma Niederholtmeyer.
Más allá de la diversión en el aula, la maestra reconoce que este invento también le brinda tranquilidad personal. “Me gusta mucho poder ver cómo están, especialmente cuando paso el día fuera de casa. Creo que ha sido una excelente forma de conectar, no solo con mis gatos, sino también para fortalecer el vínculo con mis estudiantes”.
Con una mezcla de tecnología, cariño por sus mascotas y creatividad pedagógica, esta maestra logró convertir una simple historia de gatos en una experiencia educativa inolvidable.
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