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Dos libros que cambian la forma de mirar lo que existe

Adriana Cooper
30 de mayo de 2025 - 05:05 a. m.
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Hace un par de semanas vine a hablarles de un hombre que trabaja, en Rionegro, Antioquia, para cuidar las mariposas y jardines. A partir de ahí hubo dos situaciones que sucedieron y quiero contarles, porque a veces es bueno que la conversación siga y trascienda las palabras. A partir de esa nota, un integrante de un club de lectura llamado ‘Amigos de los Libros’ publicó una fotografía de un libro con una portada preciosa y un título que parece el anuncio de un poema: El alfabeto alado (editorial Acantilado, 2019). En él, Mario Satz, su autor, hace un recorrido a través del mundo y de las épocas para ver cuál ha sido la relación entre las mariposas y las personas.

Cada uno de sus 47 textos contiene una belleza que poco tiene que ver con la perfección. Es más bien, una invitación a entender la fragilidad de la vida, la fragilidad de los deseos, de las almas y de lo que vemos. Un ejemplo, del poeta chino Wang P’u: “Vuelven al tallo del que han huido impulsadas por el dolor del corte, y eso es todo el amor: una herida que nos cura”. O más adelante: “Agitada mariposa, también yo estoy hecho de un polvo que se desvanece”. Y una más: “Si el viento se quedara siempre en el mismo sitio, la atmósfera no se limpiaría”. Más allá de las historias, las leyendas y los tiempos, este libro habla de un tema que pocos tratan: el valor de lo delicado, de cada ser de la naturaleza, la necesidad de recordar que somos efímeros y, al mismo tiempo, capaces de lograr transformaciones.

El otro libro que llegó a mis manos después de esa columna se titula: Mirar las aves y está hecho con base en los textos de John Burroughs (1837-1921), granjero, explorador, caminante y “tal vez el ensayista sobre la naturaleza y las experiencias al aire libre más importante de Estados Unidos”.

Con el don de saber mirar y entender la naturaleza, es traducido en esta publicación por uno de los mejores escritores que tiene Colombia: Ignacio Piedrahíta. Geólogo, escribió libros como Grávido río (editorial EAFIT, 2020), y es un observador innato, un hombre que disfruta escribir sobre lo que ha visto en la naturaleza. Y lo hace con belleza, sin arrogancia alguna, con la luminosidad que muestran aquellos que han entendido a otros y a sí mismos y están guiados por una bondad que no pregonan. Aquí, el lector podrá aprender sobre tragedias de los nidos, enemigos de las aves y especies.

Al cierre de esta edición, el número de mariposas seguía disminuyendo en países como España, Estados Unidos y Colombia. Y a esto se suman los problemas de las aves. Según un informe publicado en este diario y realizado por la Universidad de Yale, “a pesar de poder volar a sitios más fríos o de mayor altitud, las aves no logran evadir el cambio climático”.

Cuando leemos estos informes nos visita una sensación de indefensión, hay tristeza. Sin embargo, no todo está perdido aún y la solución es más fácil de lo imaginado: es posible aprender más sobre la naturaleza para cuidarla mejor, apoyar las empresas y personas que trabajan por ella, acompañar las fundaciones, exigir ciencia e investigación a las autoridades. Y evitar todas las formas de despilfarro porque, al final, todo sale de la tierra.

Nota al pie: Mirar las aves se presentará en Medellín el miércoles 11 de junio a las 7 p.m., en el auditorio de Otraparte.

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Mariluz Zuluaga(56780)01 de junio de 2025 - 08:08 a. m.
Que interesantes reflexiones conlleva su magnífico artículo. Gracias por esta deliciosa invitacion
Pedro Peregrin(63303)31 de mayo de 2025 - 03:41 p. m.
Preciosa columna. Gracias Adriana por las referencias literarias. Me quedo con la frase final. “Y evitar todas las formas de despilfarro porque, al final, todo sale de la tierra”
David Valencia Cuellar(0vhxw)31 de mayo de 2025 - 02:25 p. m.
Magnífico articulo
Álamo(88990)31 de mayo de 2025 - 03:46 a. m.
¡Ah, cómo hace falta mirar para "Otraparte"! Gracias.
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