
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El Hay Festival que se celebró en Cartagena la semana pasada tiene el encanto de facilitar el encuentro con escritores que, con el paso de los años, se convierten en parte de la vida de los lectores y se sienten tan cercanos como el más entrañable de los amigos.
Eso me ocurrió con las escritoras: Cristina Rivera Garza, mexicana, y Gioconda Belli, nicaragüense. Las dos escriben ficción y también han publicado textos de memoria con testimonios de asuntos muy íntimos, cada una de ellas desarrollando momentos distintos de sus vidas.
En El invencible verano de Liliana (Random House, 2021), Rivera relata el paso a paso que condujo en 1990 al feminicidio de Liliana, su única hermana. El libro, que obtuvo los premios Mazatlán de Literatura 2022 y el Pulitzer el año pasado, provoca reflexiones sobre la soledad del duelo, la impunidad, el machismo y la ausencia de lenguaje para entender la violencia contra las mujeres.
En una entrevista publicada en este diario el pasado viernes, Cristina señala que hay muchos peligros en el proceso de escritura como “la banalización, la caricatura y el exceso de énfasis en el poder”, y cuestiona la narrativa patriarcal “que usualmente culpa a las mujeres y exonera a los perpetradores”.
La autora es pesimista ante las dinámicas políticas y sociales de estos tiempos porque “vivimos en una etapa de una guerra desatada contra las mujeres, no sólo en México sino en el mundo”.
Otros aspectos de la entrevista que vale la pena destacar son, primero, el reto asociado a lo que ella llama “el trabajo de ir desarrollando un vocabulario, una sintaxis, una conceptualización para contar estas historias desde el punto de vista de las mujeres y sus comunidades” y, segundo, las medidas que, por ejemplo, gobernantes como Milei en la Argentina están tomando, con las que quiere borrar los derechos que las mujeres han adquirido y también la palabra feminicidio. “Cuando está tan alto el tema en las agendas de los presidentes misóginos, racistas y chauvinistas es más importante seguir luchando para que este lenguaje con el que trabajamos se mantenga en la ley”, afirma.
Gioconda Belli tiene cerca de veinte libros publicados, entre ellos la autobiografía El país bajo mi piel (Txalaparta, 2005), un relato lírico de su juventud y del ímpetu que la llevó a ser parte de la guerrilla que luchó contra la dictadura de Somoza en Nicaragua. Su más reciente novela es Un silencio lleno de murmullos (Seix Barral, 2024), y allí, desde la ficción, abre paso a una maternidad muy lejana del habitual rol impuesto por la sociedad. Sobre el tema, en entrevista publicada el pasado sábado pasado, la autora cuenta: “Es que nosotras como madres somos una cosa y como mujeres somos otra. Esa mujer que hay detrás de la madre es la que yo quería reivindicar”.
La novela deja rastros de dolor y desencanto por el fracaso de la revolución sandinista y del desprecio por Daniel Ortega, su otrora compañero y actual presidente (dictador). Y es que Gioconda fue expulsada de Nicaragua en 2023, “pero yo siento que mi país está en mí. Ese país es tan chiquito que es portátil y lo llevo conmigo”.
Belli da una estocada a los regímenes del mundo sin importar la orilla política: “Lo que deberíamos hacer es una reflexión seria sobre todos los errores de la izquierda en América Latina (…), vuelve la izquierda al poder y otra vez comete los mismos errores. Y la derecha nos deja con Milei y la falta de ética y de verdad. La izquierda tiene un chip autoritario que vuelve y tampoco queremos eso”.
Desde dos realidades distintas, Cristina Rivera Garza y Gioconda Belli escriben y nos llevan a mundos de los que jamás salimos iguales.
* Periodista. Directora de la Feria del Libro Pereira.
