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El Caminante

“El hombre es un lobo para el hombre”: Thomas Hobbes

Fernando Araújo Vélez
08 de junio de 2025 - 11:49 a. m.
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En 1666, Thomas Hobbes tuvo que soportar que la gente saliera a la calle con algunos ejemplares de su obra más conocida, “Leviatán”, y los quemara. La cámara de los comunes de Inglaterra había dictaminado que era un hereje, con todas sus consecuencias. Mitad en serio, y un poco con el humor ácido de algunos de sus comentarios, escribió después que “el miedo y yo nacimos gemelos”. Ya antes había tenido que huir de Inglaterra hacia Francia, y luego se había devuelto, pues sentía que tarde o temprano y por fin, los fanáticos de todos los colores que se resguardaban de sus miedos precisamente en su fanatismo, lo encontrarían y seguramente le prenderían fuego.

Para él, el hombre era un lobo para el hombre, y estaba destinado a vivir una vida “solitaria, pobre, desabrida, brutal y breve”, a menos de que se lo controlara. Los realistas lo detestaban y los puritanos querían masacrarlo. Unos y otros se enfrentaron en una guerra que diezmó en un tres por ciento a la población inglesa. Doscientos mil vidas fueron sacrificadas entre 1642 y 165 por defender la idea de un Dios o la de un rey. Para Hobbes, aquellas fueron las consecuencias de la naturaleza humana, llevada, guiada, motivada por tres razones fundamentales, la competencia, la desconfianza o el miedo, y la gloria-orgullo.

No creía que hubiera excepciones. Ni siquiera entre los reyes y las reinas, que se debatían “en una situación de perenne desconfianza mutua, en un estado y disposición de gladiadores”. Todo surgía por una razón, todo tenía una causa, y todo llevaba a unas consecuencias, muy a pesar de que los humanos, muy humanos, se habían disfrazado con ideales sobrenaturales y hermosas palabras para justificar sus actos y más que sus actos, sus motivaciones. Hablaban de almas y de amistades, de amores y de espíritus, de loables propósitos y de uniones metafísicas en el fondo, descarnadamente, lo único que buscaban era su propio bien.

Si en su “Leviatán” había propuesto un gobierno que velara por sus intereses y los ordenara, un gobierno fuerte que velara por un contrato social, no lo había hecho porque considerara que los gobernados y sus gobernantes estuvieran tocados por un halo de bondad, solidaridad y genialidad, y tampoco por una divina ley natural, sino por “el hecho de que beneficiaba a quienes participaban en él, y eso era todo”, como lo escribió el historiador inglés Peter Watson.

Fernando Araújo Vélez

Por Fernando Araújo Vélez

De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.[email protected]
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Héctor Angel Díaz Mejía(23099)09 de junio de 2025 - 06:23 p. m.
Sería importante ir más allá de la anécdota para analizar el verdadero fondo filosófico de esta famosa afirmación a cerca de la naturaleza del ser humano. Su profundización es importante para comprender nuestros contextos de violencia centenaria. Sin embargo, este comentario no le quita valor a su columna.
Atenas (06773)09 de junio de 2025 - 04:00 p. m.
Fernando, cosa extraña, hube leído con deleite temas sobre Thomas Hobbes siendo yo mozuelo, pues ya albergaba en mi dudas fundadas de la bondad innata en los humanos y digería lo q’ más tarde ya confirmaría de su mala levadura más el dañino impacto de una niñez o dura adolescencia sorteada en hogares disolutos o disfuncionales como dan en llamar hoy. Y de su excelente libro Leviatán claro se concluye q’ el altruismo no es propio de la especie si no es enseñado. Atenas.
Oscar Lopez(36876)09 de junio de 2025 - 11:01 a. m.
Exquisita columna.
Bernardo García Quiroga(19824)08 de junio de 2025 - 06:21 p. m.
La guerra entre realistas y puritanos alentada el apetito insaciables de los poderosos de todas las pelambres es la historia de la humanidad y a eso no escapan los 200 años de vida republicana de Colombia. Por eso hemos tenido los gobiernos que nos merecemos. Es lo que hay, unos lobos insaciables y manadas de idiotas fanáticos que les comen cuento. Odiaban a Hobbes porque como politólogo y filósofo puso las cartas sobre la mesa.
  • Olegario (51538)09 de junio de 2025 - 02:54 a. m.
    👍👌
Mar(60274)08 de junio de 2025 - 04:48 p. m.
Las religiones se alimentan del miedo.
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